Desnudar el signo
Toda palabra es signo
porque nombra. Para Inés Ramón la palabra es signo, sí, pero la concepción de
ese signo encierra consigo su propio espacio, una relación carnal e íntima con
la materia, la distancia y la ausencia de ser y de sentirse, el silencio, el designio
y la duda. El poema evoca entonces no sólo lo que significan las palabras, sino
aquello cuanto no son capaces de decir, su límite, su dualidad inherente: El
silencio / que se había emboscado detrás de cada signo / no sabrá responder / y
su gesto de asombro tratará de lamer las dos orillas. //
La poesía de Inés Ramón
defiende la desnudez de las palabras, de su signo, como si el poema fuese capaz
de darles vida propia, como si, durante ese espacio que evocan, las palabras se
existieran en lo que nombran rescatadas en la escritura. La personificación no
es, por lo tanto, un triste y repetido malabarismo retórico, un recurso que
busque la originalidad insustancial, sino que se asiste a la propia desnudez
del signo, a la propia desnudez de la palabra nombrada, neonata: El crepúsculo
desata sus fieras sucesivas [...] Cientos de pezuñas resucitarán un canto /
bajo la redondez magnífica del aire. / Y disolverán entre sus huellas / la
ajenidad del hombre / y de sus vidas. //
No es extraño, por
tanto, que el silencio sea el centro de la poesía de Inés Ramón. La concepción
material del poema como lugar requiere la profundidad de la reflexión; el poema
es instante, revelación. Quizá sea en las formas verbales, personales e
impersonales, donde resida la auténtica mirada de la poeta, acaso su intención
expresiva más humana, la angustia mortal, la desaparición al fondo de todas las
acciones: el pasado como doloroso presente, el infinitivo que detiene al
tiempo, el presente como descriptor o venganza, el gerundio como conclusión, el
futuro como negación: No sabrá del vértigo el abismo. [...] Sólo el impulso
abismal cerrará su aliento / alrededor del grito. //
Y si los verbos dejan
traslucir la mirada humana de los poemas, las imágenes son el espejo de la
reflexión de la autora. Algo tan infrecuente y valioso —por escaso— como
encontrar pensamiento en la poesía, es para Inés Ramón una de las claves para
afrontar la escritura. Los poemas exigen del lector la capacidad de extraer de
las imágenes una lección, una enseñanza natural, un misterio que se manifiesta
y que redescubre lo que había de invisible en lo visible, como en el undécimo
poema: Y, mientras, / la luna desova su agonía / bajo la nieve. //
Se está, además, ante
una escritura que redescubre la naturaleza en todos sus ámbitos,que trata de
comprenderse en el lenguaje de sus propios signos, siendo este lenguaje, para
la poeta, el verdadero lenguaje universal o posible. Son pocos los poemas que
contienen sustantivos artificiales, entendiendo por artificial todo aquello que
ha sido creado por la mano del hombre. Y, en caso de aparecer, son objetos
volitivos: el espejo, la máscara, el cuchillo. El poema, sin embargo, se vale
de los fenómenos naturales, de la mirada humana que todo lo transforma en sí
misma. El rocío sobre las telarañas, los sueños truncados: Sobre las telarañas
/ el rocío. / La perplejidad / se hunde en el error / de haber caído, / de
haber creído / que es posible edificar sobre la transparencia. //
Subyace en
Hallarse en la caída una inmensa melancolía, mas no una melancolía al uso, sino
una melancolía consciente que trata de comprenderse, que se conmueve en sus
propias dudas, que se reprocha el no ser capaz de encontrar una salida más allá
de la fragmentación, que se extasía en su propio estado inmanente de
destrucción: no sabe de la sed / la última gota, como reza el último poema del
libro. Terror de haber sido y un futuro terror. Leer a Inés Ramón es encontrar
el rastro de nuestra desaparición, descubrir que la palabra posee una
naturaleza sensible, ajena y propia a la condición humana y que, quizá, toda la
sensibilidad de la que somos capaces resida en la palabra y que es la palabra,
que son las palabras, las que viven a través de nosotros y no al contrario.
Fernando José Palacios León
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